martes, 28 de mayo de 2013

Una nota de amor

Y así llegó la mañana, sin ti entre tus sabanas. Media cama estaba sin el paisaje anatómico de tu cuerpo. Sin el oxigeno que emana tu perfume natural que mañana tu cuerpo después de amanecer a tu lado. Se fue la noche dándole paso a la luz para iluminar tu cuerpo junto al mío. Sentirlo como una cadena perpetua en la celda más estrecha, tan apegado quise buscar tu amor, que no sé dónde cortarte el cordón umbilical conectado a tu corazón. Donde quedó la dirección de aquella calle donde te pude besar en medio de la lluvia de miradas, que incrédulamente miraban a dos mortales llenos de amor. No quedó ningún registro de esas pequeñas cosas, no hubo más allá de una foto en el celular ni un comentario en cualquier red social. Fue tan efímero ese amor, que se perdió entre tus dedos cuando me estrechaste la mano por última vez, cuando pensé que todo era un sueño. Ese sueño amargo que te persigue a sol y sombra cuando estás despierto, cuando estás en el baño, cuando estás respirando y cuando estás durmiendo pensando en ella. Consigues otros cuerpos y otros labios pero nadie besa mejor que ella y hace el amor en cualquier lugar impredecible como ella. Su café no es el mismo, ese que preparó antes de ir a dormir por tercera noche consecutiva. Fue menos de una semana, fue menos de un abrir y cerrar de ojos, fue lo que no esperabas mientras todo sigue igual de la puerta para afuera. No hay nada para decir a tus amigos, que tuviste a la mejor mujer que habías podido conocer, solamente una nota, una nota de amor donde escasamente se ve su dirección fantasma. Esa misma dirección que sabe que existe pero que la dejas pasar como un recuerdo más, como esa experiencia para no caer más, aunque su cabello negro y su piel de un suave color moreno te llevaron a la cama, al sofá a la cocina donde la conociste con sus besos, la observarte detalladamente más allá de tus ojos, la acariciaste a tal manera, que su sombra sintió celos de ella, la llenaste tanto de amor que así se fue. Una nota escrita levemente quedó como recuerdo, una nota que el recuerdo borrara las líneas escritas por ella, pero que tardara por borrar aquellas líneas de su cuerpo a contra luz de tu habitación, que permanecen aún en tu corazón.